El buen final de la carrera de un profesor de buceo

En septiembre del 2015 el profesor de buceo alemán Matthias U. estuvo de vacaciones de buceo en Safaga (Mar Rojo). En realidad fue un inicio perfecto de unas vacaciones supuestamente perfectas. Después de haber disfrutado ya de dos hermosas inmersiones en el agua de 29°C el día anterior, el buceador de 47 años se encontró también en la mañana de hoy ante una excursión de una hora y media de Safaga a la Salem Express con muy buen tiempo.

La vista durante esa inmersión es fantástica. Matthias se queda durante casi todos los 45 minutos de la inmersión a 20 metros, sacando fotos y haciendo filmaciones. “Ese día no tenía ganas de bucear hasta la hélice que se encuentra a 30 metros de profundidad”, recuerda Matthias.
Como buceador con experiencia de mas que 700 inmersiones Matthias lo considera evidente esperar durante la parada de seguridad a 5 metros hasta que todos los otros buceadores hayan subido a la nave.
Después de la parada de seguridad de mas de 5 minutos también Matthias quiere subirse a la nave. A causa del oleaje tiene que sujetarse en la escalera.
En el momento de quitarse las aletas nota de repente que no tiene fuerzas en el brazo derecho. Solo con mucho esfuerzo Matthias se puede liberar de sus aletas y subirse al barco. Además, de repente siente un hormigueo en el brazo izquierdo y en las dos piernas, acompañado por una debilidad en todas las extremidades.
espués de que la tripulación del barco le sacó la botella de buceo, Matthias se puede liberar solo con ayuda de su chaleco BCD y el neopreno. “Mientras me estuve sacando el neopreno me he dado cuenta que algo no estaba bien. Otro participante del safari me preguntó si me podía ayudar y se puso encima del neopreno para que yo pudiera sacármelo de alguna manera. Estaba seguro que algo andaba mal y tenía un miedo terrible”, así se acuerda Matthias hoy. Matthias ya no puede mover ni brazos, ni piernas y pierde cualquier sensibilidad, hasta el entumecimiento. Matthias siente como crecen temor y pánico dentro de él. Inmediatamente piensa en un accidente de descompresión. ¿Pero cómo puede ser?
Matthias tiene 47 años, es un buceador de salud y en forma. Va regularmente al gimnasio, no bebe alcohol y dejó de fumar hace tres años. Nada parece indicar que los síntomas podrían surgir de la inmersión, porque la misma transcurrió normalmente. Igual que las dos inmersiones del día anterior con 19 y 28 metros de profundidad máxima que también fueron efectuadas con una pausa suficiente en la superficie de mas de dos horas. Matthias también siguió todas las reglas de seguridad durante la inmersión recién efectuada. Adicionalmente hoy había usado una mezcla de nitrox 30.

Ahora todo va muy rápido: en el regreso de casi una hora hacía el puerto le dan oxígeno a través de una máscara, y el guía submarino y amigo Hans le da dos aspirinas con un litro de agua para beber. “En este momento me he dado cuenta que partes de mi cuerpo estában paralizados y que el grupo estaba intentando tranquilizarme – un sentimiento terrible. Otra y otra vez me pregunté ¿qué me pasó? ¿qué había hecho mal? Sólo tenía la esperanza que todo iba a regresar a la normalidad”, así se expresa Matthias.

Al mismo tiempo Hans activa la cadena de ayuda: informa al médico de aqua med en servicio a través de la línea de emergencia y la cámara de presión más cercana en Safaga.
Gracias a los primeros auxilios prestados inmediatamente Matthias ya se siente mucho mejor durante el viaje y cuando llegan al puerto, lentamente vuelve la sensibilidad a sus extremidades y puede ser llevado directamente a la cámara de descompresión.

Después del examen médico, se decide que Matthias será tratado con una terapia en la cámara de descomprensión según la tabla 6 US Navy. En la cámara hace mucho calor y es muy angosta, pero durante la terapia de 5 horas los sintomas siguen mejorando.
El día siguiente Matthias tendrá que visitar otra vez la cámara, visto que sigue teniendo síntomas restantes como mareo y malestar. Después de la estabilización de su condición física no se continúa con la terapia de descompresión por el momento.

Al principio el caso parece claro – el diagnóstico es accidente de descompresión grave. Se sospecha que la causa es deshidratación. Deshidratación es una pérdida excesiva de fluido del cuerpo, influida por altas temperaturas como hay en Egipto y no beber lo suficiente.
Pero Matthias está seguro de haber bebido suficientemente.
Matthias recuerda: “Al día siguiente he llamado a la línea de emergencia de aqua med para consultar los médicos que me tranquilizaron. En la noche el médico de aqua med me llamó otra vez para saber como estaba – ¡qué buena gente!”.

Estando de vuelta en Alemania, Matthias se presenta inmediatamente en el Centro terapéutico de cámara de descompresión en Heidelberg con la esperanza de averiguar por fín las causas exactas que llevaron al accidente de buceo. Doc Chris, el médico de aqua med y director médico del centro de descompresión en Heidelberg, le examina y se da cuenta rápidamente que Matthias necesita mas terapias en la cámara de descompresión: El profesor de buceo habla de una sensación de hormigueo en sus manos y en la cara, demás suda mucho mas de lo normal y en general no se siente bien. Aunque ya se había sentido mucho mejor en Egipto, estos síntomas volvieron intensamente durante el vuelo de regreso. Que eso pase no es para nada raro, ya que la presión en la cabina de los aviones de línea es levemente mas baja que la del aire regular.

Mientras Matthias está bajo tratamiento en la cámara de descompresión en Heidelberg, Doc Chris decide que se hagan mas exámenes. En primer lugar hay que excluir un agujero oval persistente (AOP), Matthias hará una ecografía Doppler. También se hará un examen neurológico de un especialista que incluya una IRM del cerebro. Eso es determinante porque después del accidente Matthias tuvo síntomas parecidos a un paciente después de un ictus o un derrame cerebral. Por eso una situación como esa tiene que ser estimada de todas maneras por un neurólogo. Los exámenes salieron poco llamativos: El diagnóstico Doppler resultó sin indicios de un AOP y el neurólogo pudo excluir que fuera un ictus o un derrame cerebral.

¿Pero entonces – por qué había tenido un accidente de buceo tan grave? Vive saludablemente, es deportista y evita riesgos con su manera conservadora de bucear desde hace mucho tiempo.

El indicio determinante salió a la luz con el examen de los pulmones durante la tomografía computerizada multicorte del Doc Chris: se encontró un tal llamado enfisema pulmonar buloso. Bajo esa descripción se entienden unas burbujas muy vulnerables, pequeñas y de paredes finas en el tejido pulmonar. Esas burbujas estan llenas de aire y pueden explotar facilmente, también sin variación de la presión del aire.

Después de cada inmersión la sangre se satura con pequeñas burbujas de nitrógeno, que pueden ser espiradas sin problemas, si el pulmón está sano. Pero si hay Bullae en el pulmón y una de ellas se rompe, las burbujas de nitrógeno salen directamente del sistema vascular venoso y entran en la circulación arterial. En este caso se habla de un embolismo gaseoso arterial (EGA).

Muchas veces, debido a las circunstancias anatómicas, las burbujas corren a través de la arteria carótida directamente al cerebro. Ahí esas burbujas de nitrógeno taponan los vasos sanguíneos que alimentan el cerebro, igual como los coágulos de sangre en caso de un derrame cerebral. La consecuencia es la imposibilidad de alimentar esas partes del cerebro con oxígeno y se mueren dentro de poco tiempo. Los médicos llaman a esta enfermedad embolismo gaseoso arterial cerebral (EGAC).
Igual que en el caso de un derrame cerebral muchas veces el primer síntoma son señales de hemiplejía. Si no se reacciona inmediatamente, las consecuencias pueden ser daños irreparables o la muerte.

Los Bullae se puede producir en relación a una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Una de las causas principales de una EPOC es el consumo de tabaco de muchos años. Matthias ya no fumaba hacia tres años, pero había fumado durante 20 años enteros. En este tiempo se produjo un enfisema pulmonar buloso que consiste de muchos pequeñas Bullae.

El esfuerzo acrecentado al quitarse las aletas después de la inmersión fue suficiente para que el aumento de la presión en el tórax dejará explotar las pequeñas burbujas. A partir de ahí las pequeñas burbujas de nitrógeno taponaron algunos vasos sanguíneos importantes en el cerebro de Matthias.

Gracias a la cadena de ayuda que se activó inmediatamente y gracias a la cooperación profesional de todos, Matthias fue salvado de una vida en silla de ruedas o de algo peor. Al haberle inducido rápidamente el oxígeno se aceleró la emisión de nitrógeno en el cuerpo. Con el agua que Hans dio a Matthias, se llenaron sus reservas de fluido que también facilitó la emisión de nitrógeno. En la cámara de descompresión se minimizaron las burbujas de nitrógeno restantes debido a la ley de gas de Boyle-Mariotte. Pero lo más importante fue que se pudo mantener la alimentación con O2 del cerebro a través de la presión parcial aumentada de oxígeno dentro de la cámara de descompresión y asi se pudieron evitar daños irreparables.

Dentro de la desgracia esto supuso una suerte para Matthias: el buceador de 47 años ya no podrá bucear ni trabajar como profesor de buceo, porque por el enfisema pulmonar buloso este accidente se podría repetir en cualquier momento y otras Bullae podrían explotar. Pero el habitante de Hesse no ha perdido su actitud positiva ante la vida y ya está pensando empezar un nuevo deporte acuático: “Amo el agua y no puedo vivir sin el mar. Me dijeron que el kitesurf es una actividad increíble – quiero intentarlo y ver si me puede gustar” – así se expresó Matthias.